03 Ago Cierre de Garoña: ¿Y ahora qué?
Tras el cierre de la Central Nuclear más antigua de España, vuelven a plantarse las alternativas energéticas posibles para suplir la producción nuclear.
Este puede ser el momento de la Bioenergía. Al menos, así lo consideran desde la Sección de Biomasa de la Asociación de Empresas de Energías Renovables. Según esta asociación, la producción de electricidad a partir de biomasa permite elevadas tasas de utilización que alcanzan las 8.300 horas/ año.
El recurso a la producción eléctrica con biomasa se plantea como un respaldo a las energías renovables no gestionables, y un aporte a la energía de carga base del sistema eléctrico español, ideal, por tanto, para garantizar el suministro, habida cuenta de que la producción por biomasa no depende de condiciones estacionales o atmosféricas, como sucede con la fotovoltaica o la eólica.
He ahí uno de sus puntos fuertes, además de los beneficios medioambientales y sociales que produce, evitando, por ejemplo la quema descontrolada de residuos agrícolas empleados en la producción de biomasa, con la disminución consiguiente del riesgo de incendios y la puesta en valor de recursos procedentes del campo.
Desde energy contemplamos estos momentos de transición energética con sumo interés, puesto que los objetivos climáticos y de descarbonización (dismunición de las emisiones de CO2), plantean retos en horizontes cada vez más cercanos.